Bueno, siento que me he convertido en un libro de frases, cuando antes sólo deseaba contar mi vida como si fuera una novela, o si no era mucho pedir, una obra de Shakespeare.
Las redes sociales me han hecho así, y no sé que hacer.
Este triste blog nunca se caracterizó por tener posts super elaborados ni de gran complejidad literaria, pero al menos recuerdo que le ponía un poco de coco a cada cosa que escribía. Sí era basura que salía de mi cabeza, pero al menos era basura propia de más de 140 carácteres.
Ahora cada día de mi vida lo resumo en alguna frase corta que tomo prestada de alguna mente superior a la mía, tanto en fama como en sabiduría y talento.
Lo que trato de decir es que quiero volver a escribir aquí, como antes. Ya lo he dicho, y no lo hago, no sé cuanto tiempo me tome volver al camino, pero lo voy a intentar.
Extraño esa yo que escribía sin pensar quien la leyera o si a alguien le gustaba o le importaba al menos. Esa yo que se emocionaba si alguien comentaba en uno de sus posts, pero los comentarios, la aprobación o la simpatía no eran la razón de su existencia. Lo que importaba era tener un lugar donde decir lo que quería, y visitar lugares de otras personas que como yo, también lo tenían y lo aprovechaban.
Encontrarnos no era tan fácil como simplemente teclear nuestros nombres. Nos encontrabamos y conocíamos mediante visitas y lecturas y nosotros mismos descubríamos nuestra compatibilidad, no la deducíamos por los amigos que teníamos en común, o a quien seguiamos. ¬¬
Me gustan las redes sociales, no lo voy a negar, son entretenidas. Pero este blog, por más incipiente que pueda parecer, es mi diario publico, mi yo virtual, el reflejo de una gran parte de mi yo real.
Por eso quiero reconciliarme con él, porque prefiero ser una novela propia mal escrita, que una buena frase robada.